Archidiócesis de Zaragoza, su aportación no tiene precio

Las Diócesis viven de la limosna que es voluntaria y arbitraria.

Si el donativo se considera como una inversión, su valor, su CAPEX es nulo, pero si se amplía la Visión, vemos que no hay mejor Inversión

Visión histórica, visión cultural, visión en definitiva de Eternidad

Muchas inversiones que están anunciando en la ciudad y su entorno, destacan la importancia de paz social en nuestra tierra como uno de los elementos clave para optar por ella. Una paz social, suma de la paz individual, que entre otros aporta la vida eclesial y parroquial.

Desde el Arzobispado de Zaragoza animan a invertir en las Parroquias, en las Diócesis, como sinónimo de inversión en Identidad y en Unidad, en Paz Social. En la vertebración de la ciudad, de la provincia, como clave de la realidad parroquial de la Comunidad.

Párroco-Obispo-Papa, todas las Parroquias tienen en sí mismas todo el  ADN, todas las posibilidades de la Iglesia Universal, son las células que actúan en la Ciudad. Todas las Parroquias igual categoría canónica y civil, todas empeñadas en la construcción de un buen porvenir.

La Diódecis de Zaragoza está presente en una de las tres ciudades para Siempre: Jerusalén ( la Jerusalén Celeste ), Roma ( la Ciudad Eterna ) y Zaragoza ( la Ciudad Inmortal ).

Por ello animan a invertir, a apostar por la Parroquia, que ofrece tres T: Tiempo Talento y Tesorería

En la Archidiócesis de Zaragoza acaban de reformar el estatuto de los Consejos Parroquiales, para sacarle el mayor provecho al Tiempo, al Talento y a la Tesorería.

Empresarios, directivos, pueden acercarse a su párroco y ofrecerse, para arreglar un tejado o formar parte del Consejo.

Cada uno que haga lo que pueda, pero el que PUEDA, que HAGA ALGO.